La Cuaresma y la Biblia

La Cuaresma en la Iglesia Ortodoxa, también conocida como el Gran Ayuno, es un periodo de profundo significado espiritual. Los fieles se preparan para la Resurrección de Cristo, o Santa Pascua, mediante la oración, el ayuno y la limosna. Este tiempo está profundamente arraigado en precedentes bíblicos, como el ayuno de cuarenta días de Moisés en el monte Sinaí (Éxodo 34:28), la estadía de Elías en el monte Horeb  (1 Reyes 19:7-10) y, sobre todo, la tentación de Cristo en el desierto (Lucas 4:1-14). Estos acontecimientos no son sólo históricos; son fundamentales para la práctica de la Gran Cuaresma, que invita a los creyentes a un período de renovación espiritual y a una comunión más estrecha con Dios para recibir con gozo y entusiasmo la fiesta de la Pascua.


La oración de san Efrén el sirio
La oración de san Efrén el Sirio

La oración durante este tiempo no es sólo un ritual; es una línea directa con Dios, que permite profundizar en la reflexión personal y fortalecer la fe. La oración de San Efrén el sirio, recitada diariamente durante la Cuaresma, resume la esencia del espíritu cuaresmal, centrándose en la humildad, la paciencia y el amor. La acción social también forma parte del camino cuaresmal. Es el momento de alejarse de las distracciones mundanas y comprometerse en actos de caridad, reflejando las enseñanzas de Cristo sobre el amor y la misericordia. La Iglesia Ortodoxa anima a los fieles a examinar cada aspecto de sus vidas según el modelo establecido por Jesucristo, tratando de encarnar sus enseñanzas a través del amor, la verdad, la honestidad, la pureza y la paz.

En esencia, la importancia de la Cuaresma en la Iglesia Ortodoxa radica en su capacidad para transformar al individuo y a la comunidad. A través de la oración, la lectura de la Palabra de Dios y la acción social, los creyentes son llamados a profundizar en el mandato del amor presente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento de amar a Dios y al prójimo de todo corazón (ver Marcos 12:28-31, Deuteronomio 6:5 y Levítico19:18).

Jesús da pan a los que tienen hambre




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