El Megalinario de la Virgen y los Salmos (Lc 1:46-55)



1. Introducción
El himno de María en Lucas 1:46-55 ha marcado la liturgia cristiana en sus diferentes familias y tradiciones. El megalinario o magníficat pertenece al servicio diario de las matutinas de rito bizantino. En la iglesia latina se lo reza todas las vísperas. El himno conserva una gran afinidad con los otros tres himnos del evangelio de la infancia de Lucas: el benedictus (Lc 1:67-79), el gloria (Lc 2:13-14) y el nunc dimittis (Lc 2:28-32). Todos estos himnos están presentes en los servicios diarios de la liturgia bizantina y dan testimonio de la gran influencia que la obra de Lucas ha tenido en la constitución del culto cristiano.

Siempre se ha dicho que el himno está inspirado en el cántico de Ana de 1Sam 2:1-10 (Brown, 358-60). Pero por otra parte pocas veces se ha tematizado la relación de este hermoso himno con el libro de oraciones de la Iglesia por excelencia que es el libro de los Salmos y que es el libro más citado por el himno. Esto es lo que estudiaremos más detalladamente en el artículo, no sólo por las citas evidentes sino también por la estructura y el contenido teológico central del himno.


2. El género literario del himno
Una primera lectura atenta del himno nos permite deducir que se trata de una alabanza a la actuación salvífica de Dios. Justamente este es el tema principal de los salmos que pertenecen al género literario “alabanza”. Alonso Schökel, un especialista en los salmos, define este género diciendo que el salmo de alabanza “es un canto de alabanza a Dios, de ordinario por sus obras. El tono es festivo y suele ser coral. Se puede esquematizar en introducción, cuerpo y conclusión. Su fórmula general o resumida es: ‘alabad-al Señor-porque es bueno” (p. 92). Esta definición, es perfectamente aplicable al megalinario en todo sentido. El aspecto coral está presente en el himno de dos maneras: en la primera parte María representa a todo el Pueblo de Dios y en la segunda parte cuando se menciona al pueblo como los humildes y hambrientos (vv. 52 y 53).

La típica apertura del cuerpo de la alabanza es la conjunción porque. Esta conjunción está presente en los vv. 48-49. En esta sección se evocan las razones de la alabanza y ofrece la reflexión teológica fundamental del himno. El megalinario tiene dos secciones: en la primera parte María se refiere a la intervención divina en su vida personal (vv. 46-50), mientras que en la segunda parte María relee la historia de salvación de todo el Pueblo desde antaño (vv. 51-56). Esto es perfectamente aplicable con los salmos de alabanza en los que se celebra “el ser y el obrar de Dios, en la naturaleza y en la historia… Ser y acciones de Dios pueden concentrarse en títulos o predicados; un participio puede sintetizar una acción o enunciar una constante” (Schökel, 93). En el himno de María encontramos cuatro títulos y/o predicados divinos: “Salvador”, “Poderoso”, “de Nombre Santo” y “Misericordioso”. Por otra parte el himno de María carece de participios que hablen de la acción divina, por lo contrario tiene 10 verbos en pasado simple (aoristo) indicativo que describen el obrar de Dios: dos verbos cuyo objeto es la virgen (v. 48-49) y ocho verbos cuyo objeto es el pueblo de Dios (v. 51-54). El empleo de verbos en aoristo en los salmos de alabanza es fácilmente constatable en los Sal 33; 47; 65:11-12; 100:3 y en muchos otros.

La conclusión de los salmos de alabanza suele retomar la idea del comienzo. En este aspecto el himno de María ofrece una conclusión genérica y resume la obra de Dios en los vv. 54-55: “Socorrió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre”. Las palabras claves que conducen al lector a la primera parte del himno son sin lugar a dudas “misericordia” vv. 50 y 54 y la expresión “Socorrió a Israel su siervo” que es una paráfrasis de “Salvador” en el v. 47.

Resumiendo entonces, el megalinario consta de una introducción (v. 46b-47), un cuerpo que se subdivide en la obra a favor de María (vv. 48-50) y en la obra a favor de todo el pueblo (51-53) y finalmente una conclusión que resume la salvación de Dios. Como resultado del análisis del género literario el himno se puede segmentar y presentar las estrofas del himno de la siguiente manera:


3. Su relación con los Salmos
En cada uno de los ocho versos poéticos que componen este himno (señalados con números romanos en el texto) se puede detectar por lo menos una cita o alusión directa a los salmos. Hacer un cuadro sinóptico de esta intertextualidad sería muy aventurado o muy limitado porque la misma se realiza a diferentes niveles de la sintaxis y de la semántica de término y frases. Podemos decir que la intertextualidad se realiza en los siguientes aspectos: los términos “engrandecer” y “regocijarse” (vv. 46-47), los atributos divinos y los diez verbos de salvación, los atributos del pueblo de Dios y la teología salmista que veremos en la otra sección.
Es importante destacar que el vocablo “engrandecer” (en griego megalyno, de allí el nombre megalinario) corresponde a la raíz hebrea gdl, la cual es también usada con frecuencia en los himnos de alabanza del salterio (ver sobre todo Sal 20:6; 34:4; 35:27). Sin embargo el verbo “engrandecer” es raro en el Nuevo Testamento (ver Hch 10:46; 19:17) y quiere decir “alabar,” “exultar”. Generalmente este verbo se usa para reconocer la grandeza de Dios en oración delante de la comunidad. Éste es el nivel semántico que nos interesa. La grandeza por la que Dios es alabado, enaltecido no es la grandeza del gobernante que oprime, sino la de un salvador que viene a rescatar a los oprimidos y hambrientos (Bovon, p. 60).

En cuanto a los atributos divinos y a los diez verbos de salvación también los encontramos como terminología propia del saltero. Dios se manifiesta como misericordioso, salvador y santo. Por otra parte es un Dios de acción, no tiene ni ciudad ni templo, sólo conoce gente con la que actúa para beneficio de ellos. El término misericordia (en griego: éleos) aparece dos veces en el himno (v. 50 y 54) y es una de las características más importantes del Dios de los Salmos. La misericordia es el hsd o la rhm del hebreo. Resalta la fidelidad de Dios para con los hombres y el pacto que hizo con ellos. Los verbos de acción son:



Todos los verbos tienen como objeto al pueblo de Dios. Los de efecto positivo y los de efecto negativo. En v. 51 “los soberbios” son parte del pueblo que ya no acepta la doctrina de Dios. La segunda parte del v. 50 confirma con la expresión “los que le temen” que el receptor de la acción es uno y el mismo pueblo. Los verbos: mirar, hacer, exaltar, colmar, socorrer y hablar describen la acción constructiva y redentora. Los verbos esparcir, quitar y enviar describen el rechazo de Dios a aquellos que se muestran indiferentes a su alianza y la interpretan para beneficio propio. En cuanto al aspecto de los aoristos, pues se puede sostener que son de tipo ingresivo. Es decir que enfatizan el comienzo de la acción y señalan su continuidad a través del tiempo. Éste es un uso típico de los aoristos en los salmos, como por ejemplo en “Reina el Señor, vestido de majestad” (Sal 93:1). Pero, tal como lo indica Bovon, parece ser más convincente considerar los aoristos en su uso profético, es decir que indica futuro. La razón para ello es que María habla de todo lo que el salvador hizo con ella antes de que el nacimiento sucediera y antes de que por lo tanto Cristo hiciera su obra salvífica. En este aspecto crucial el himno de María se diferenciaría profundamente con el de Ana que entonó su cántico después de haber dado a luz a su hijo y no en el momento de la promesa.

Los atributos del pueblo de Dios se refieren particularmente a la humildad e indigencia del pueblo. Ambos, María y el pueblo son “humildes” (en griego: tapeinoi; vv. 48 y 52), además el pueblo está “hambriento” (en griego: peinôntas; v. 53) y es siervo de Dios (en griego: pais; v. 54). El adjetivo “humilde” es sinónimo de humillado en griego. Lucas elige esta palabra porque es la traducción de los LXX de muchos términos hebreos: 3ani, dakk, rwsh, dall, son traducidos muchas veces por “humilde” (tapeinos) en los salmos griegos de Los Setenta. El espíritu de esta palabra lo encontramos en versículos que hablan del los pobres que Dios salvará (Sal 12:6; 14:6; 72:4.12-14) y en los versículos donde el fiel se presenta ante Dios como oprimido y necesitado (Sal 40:18; 70:6; 86:1; 109:22). Si no lo hace así no tiene sentido que venga al médico, como dice Jesús.

4. Conclusiones
El megalinario es un resumen de la fe y de la esperanza del Israel bíblico. Lucas nos recuerda todos los hechos salvíficos de Dios a Israel. Los temas de la santidad y la misericordia de Dios son uno de los ejes principales de himno y es por eso que entonarlo todas las mañanas antes de comenzar la labor diaria da fuerzas al creyente para enfrentar sus problemas cotidianos. El megalinario de los matutinos es un testimonio de fe que nos permite evocar la grandeza de la Virgen Teotokos y que nos hace experimentable las promesas de salvación.

Pueden ver un video de la celebración de los matutinos en el momento del megalinarion en el monasterio del Balamand aquí.

Comentarios

  1. glorialadislao@gmail.com23 de noviembre de 2020, 21:18

    ¡Daniel, qué buen artículo sobre el sentido del Magnificat-Megalinario! Gracias por este dato, realmente todo para aprovechar en este blog. Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Gloria. Espero poder escribir más. Aprovecho para saludar a todos los que trabajan con vos en Palabras con miel: https://palabrasconmiel.wordpress.com/. Un abrazo

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